En este mundo todos tenemos enemigos, es algo que no tiene remedio. Pero nadie los ha tenido más constante que el autor de estas líneas. Aunque nunca hable de ellos los he tenido y los tengo aún. En mi caso los he tenido sin ningún sentido. El 90% de los mismos con un actor que hacía cine de terror y sus seguidores.
No voy hablar de los pormenores surrealiistas que me han acompañado a lo largo de la vida pero si manifestar mi hartura con este aburrido historial. Me refiero a esa obsesión de imponerme las temáticas de mis libros, hay gente que desea leer lo que yo no quiero escribir. Hagiografías de ese personaje que ya nos abandonó hace tiempo.
¿Vale la pena tanto mal rollo? Un libro escrito a la fuerza es un mal libro porque estará escrito de mala gana. Eso es lo que desean esas personas. Esas películas no me gustan y su protagonista me cae muy mal. Nunca hablo de ellas porque soy una persona pacífica que no quiere enfrentamientos gratuitos.
Pero esa gente erre que erre continúan con sus agresiones gratuitas. Un no es un no. No quiero escribir ni bien ni mal de ese señor porque no es de mi agrado. Y punto.